por El Irreverente
El Presidente de la Nación salió discursear por primera vez en mucho tiempo, volvieron un par de filminas, se legaliza un poco la pandemia, aunque se preparan nuevas formas de avasallar las libertades públicas. A cambio suspendemos el Covid por elecciones, la vacunación va bárbaro y no la Argentina crece infinitamente. Sintéticamente; un despropósito electoralista, para anunciar que le va a poner la firma a una serie de temas que ya no puede controlar y que los pobres se arreglen, no habrá nada para ellos.
Sí, como dijimos, volvieron las filminas y las estadísticas y asegura que estamos mejor ya que hace tres semanas. Ni nos vamos a preocupar en evaluarlas, si hubieran fundamentado lo contrario también hubieran citado cifras marginales y hasta imaginarias para hacerlo. Tampoco pierde la ocasión de pedirle responsabilidad al otro, pero ya no cita la frase del Dr. Pedro Cahn que luego que él se infectara debió hacerla desaparecer. En el ámbito de los números, que son una burla permanente de este Gobierno para con el Pueblo, suelta una serie de números de la vacunación. Sale a declarar como el bloque de los Ministros de Salud ProKaces que la salud no está en la campaña. Aunque luego dedique más de la mitad de su discurso a trazar una perorata proselitista nauseabunda, el señor insiste en usar los medios del Estado para sus fines de propaganda particular y proselitista.
Plantea que el objetivo para el mes de agosto es ampliar la aplicación de segundas dosis, dando prioridad a las personas mayores de 50 años.
Y aquí comienza la parte en que lo electoral tiñe todos los sentidos del Presidente de la Nación que anuncia un Plan de Aperturas Responsables. Es decir, habrá decretazo para legalizar (como si un DNU pudiera hacerlo) una patética tregua electoral con el Coronavirus. Parece que palos y elecciones no parecen ser buenas ideas. Entonces, el Gobierno, se mostrará más abierto a que abran negocios, se comiencen a permitir eventos masivos al aire libre. Obviamente si son negocios los mismos. La parte más hipócrita de su discurso fue cuando se refirió a que los avances en la pandemia (también poco visibles, quizás, a nuestros humildes ojos), permitieron que se pueda avanzar a las clases presenciales. El Señor Presidente y toda su claque de buitres, se dedicaron meses a repudiarlas, a llevar ante la Corte Suprema y perder al Jefe de Gobierno Porteño, un acto de irresponsabilidad, clandestino para los alkahuetes a sueldo y ad hoc. Ahora el mismo Presidente dice que es un logro colectivo. El reinado de desfachatez de Arcioni corre serio peligro de desmoronarse ante la tropelía de incongruencias y barbaridades que pueden salir de su boca.
Siguiendo con el tema de los anuncios presidenciales el Presidente dijo que volverá a haber turismo de personas mayores con esquema completo de vacunación. Es decir, que estaría a un paso de instituir un pasaporte sanitario encubierto. En la parte final de los anuncios de pandemia, antes del vomitimo y cínico acto proselitista desde los 06:30 del video, se refirió a la combinación de vacunas que ya está en marcha.
Del punto que referimos en adelante, el Presidente hace un patético periplo proselitista por la creciente (según él y no lo apuren demasiado) economía argentina. Traza que la vacunación es la mejor política económica. Y empieza una soltadera de dislates que configuraron seis minutos de un discurso proselitista fantasioso y desfachatado.
¿Planes de algún tipo para los que no tienen nada ya? No, para qué, si todo está bárbaro.
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