Reproducimos el artículo de La Izquierda Diario:
“Hay una bala para cada uno”: amenazas y detenciones policiales en Villa Crespo
Fue el pasado viernes. Un joven de 22 años relató cómo fueron golpeados junto a su suegro y su cuñado en la puerta del domicilio de estos dos y detenidos en el marco de un espectáculo de represión montado por más de 10 policías. Las denuncias de abusos policiales siguen llegando a La Izquierda Diario.
El joven que trabaja de repartidor por las noches, había salido en moto con su novia, con quien convive en el barrio de Flores. Fue a ver a su madre que le dio comida y además es discapacitada; y a la vuelta, llevó a la joven a casa de sus padres a buscar material de estudio porque tiene que rendir materias del secundario. Pero a la salida de la casa de sus suegros un policía de la Ciudad se acercó a los gritos e increpándolos. Según denuncia el joven, no tuvo posibilidad de mediar palabras.
El policía le empezó a pegar. Su cuñado y su suegro salieron del domicilio para defenderlo de los golpes de los policías que seguían llegando. Terminaron los tres golpeados y se los llevaron detenidos. En el video que captó un vecino y que enviaron a La Izquierda Diario, se puede ver el nivel de violencia y la cantidad de efectivos que participaron de este nuevo caso de abuso policial.
La historia que sigue a esto, se puede ver en todas las denuncias que de a poco logran salir a la luz a través de las redes y de nuestro medio (porque los medios tradicionales borran esta parte de la historia). Un raid por varias comisarías, más golpes adentro del patrullero, gases que lo dejaban sin visión, y una amenaza escalofriante que recuerda a la época más nefasta de nuestro país: “hay una bala para cada uno”, les dijeron a él y a su cuñado. Recién el sábado al mediodía lo dejaron libre, después de haberle robado el dinero que tenía encima, y hasta la tarjeta SUBE.
La médica que lo vio después que lo liberaron, vecina de su madre, constató en el certificado médico las torturas a las que fue sometido el joven: conjuntivitis (por gas pimienta); luxación y golpe inflamatorio en codo; inflamación de muñecas por esposas y esguinzados; escoriaciones en rodillas y hematomas en hombros, piernas y brazos, y por último “estado de pánico con toda la sintomatología: angustia, palpitaciones, llanto”. En el certificado además, la doctora dejó constancia de que el joven “Recibió amenaza de muerte con arma de fuego (aumenta la angustia del relato)”.
Esta historia es una entre tantas que siguen llegando a la redacción de La Izquierda Diario. La mayoría de esas historias les pasan sobre todo a pibes y pibas jóvenes, trabajadores precarizades, que salen a buscar sustento día a día, y en barrios de laburantes. Y además se repiten no sólo en la Ciudad, sino también en las provincias. Queda claro que a ninguna de las fuerzas represivas les interesa la salud de la población. Cada vez que detienen a alguien, lo dejan hacinado durante horas en comisarías, o adentro de patrulleros, incomunicados.
Muy lejos de la intención de hacer respetar la cuarentena, como nos quieren hacer creer desde los medios y el gobierno que es su función.
Visits: 0