La Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata siempre ha sido un refugio del poder en la formación universitaria de agentes repetidores del régimen. Desde siempre el poder se plantó allí para atrincherarse contra la realidad y defender las propuestas de les que mandan. En la foto que ilustra esta nota vemos como en 2012 los parapoliciales del poder se reunían allí para celebrar con militares (sí, militares en una universidad pública) el haber militarizado zonas de desastre ambiental que ellos debían cuidar y jamás lo hicieron. Este tipo de afrentas a la Autonomía Universitaria y a los Principios de la Reforma son norma en este espacio de estudios, donde la sociedad es analizada para someterla y siempre, pero siempre defendiendo a los de arriba que, a la postre serán los únicos que podrían contratar a les contaminades parapoliciales que de allí surgen.
La sede de esta facultad se llama Nestor Kirchner, en su staff está el convicto corrupto de Amado Boudou y periodistas de 678 dando clases (más paraestatales no había, por que seguro los contrataban) y sus estudiantes son tan obedientes de sus jefes y sumisos al poder que parecen egresados de institutos de formación de las SS. Quizás, por que entran para ser vigilantes no tengan problemas en permitir los vejámenes diarios dentro de esa casa de estudios superiores o para servir a los superiores. Sobre todo los integrantes de la Agrupación parapolicial que maneja el Centro de Estudiantes de la misma y que lleva hipócritamente el nombre de Rodolfo Walsh.
Así las cosas, la penúltima movida fascista y vigilante de esta gente es haber instalado en el edificio cámaras de vigilancia que apuntan a los espacios de las agrupaciones que no son afines y sumisas a la regente del poder, la Sra. Florencia Saintout (Funcionaria del Gobierno de Kicillof, casualmente) y su mascota, la Sra. Ayelén Sidún, que aseguran que esta medida es para protección de les estudiantes. Creemos que a les estudiantes de esa casa de estudios deberían protegerlos del accionar de sus propias autoridades, siempre muy cercanas al poder político y a las fuerzas armadas y de seguridad.
No esperamos gran cosa de este siniestro instituto de formación de parapoliciales del régimen, simplemente que desinstalen los dispositivos de vigilancia y amedrentamiento y que hagan un curso de Derechos Humanos, ya que evidentemente los desconocen y como la Historia lo prueba, siempre se han sentido cómodos con los miliKos.
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