Este viernes, desde la Residencia Presidencial de Olivos el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, este vez acompañado por los Gobernadores Morales (Jujuy), Perotti (Santa Fe) y Gutiérrez de Santa Cruz, anunció la extensión del aislamiento social a más zonas del territorio nacional y hasta el 25 de octubre.
A diferencia de otras oportunidades, esta vez no le hecho la culpa a nadie más que al virus, pero volvió a machacar con esa vieja manía de citar la ridícula frase de Cahn de que el virus no nos busca y lo vamos a buscar, que usa siempre cuando elige a quien amenazar con el advenimiento de lo peor. Esta vez cargó las tintas sobre las reuniones sociales en el resto del país y puso como ejemplo al AMBA.
Al menos, una mejora en las formas presidenciales
El Presidente empezó su discurso suave, sin estridencias, leyendo, mostrando que no iba a improvisar y volviendo a la moderación como objetivo de lograr ser escuchado. No están esta vez en la mesa ni Larreta ni Kicillof, sino Morales, Gutiérrez y Perotti. El escenario está montado para mostrar un marco de unidad en la pandemia. Estos gestos de seriedad hacía tiempo que el Presidente no se los permitía.
Insiste en defender la cuarentena, dentro de todo sin soberbias, reconociendo esta vez el trabajo del personal de salud y cómo fue el pilar fundamental que hizo que se puede enfrentar la pandemia.
Reconoce a los porteños y porteñas por su acción en apoyo y cumplimiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, que destacó los respetan hasta hoy en lo fundamental: la higiene de manos, el uso de los tapabocas, el uso del alcohol en gel, preservar el distanciamiento físico, no usando el transporte público y evitando las reuniones sociales. A esta altura los KomuniKagadores deben estar pidiendo los santos óleos, ya que se les cae de boca del mismo jefe suyo, la sarta de mentiras y operaciones que llevaron a cabo en estos meses. El Presidente parece tomar nota de que el horno no está para bollos, si es que sus expertos cyberpatrullaje le han informado bien alguna vez lo que pasa. El Presidente pidió a la gente del AMBA a mantener este buen esfuerzo y aquí está el cambio fundamental en el discurso, que es empezar a pedir y no ladrar sandeces que sólo una egolatría a prueba de balas podía sostener, pero que ahora no tiene lugar.
Mientras se oía casi sonar “Tu cabeza en mi hombro”, el Presidente mandó uno de sus habituales toques cortos al decir que: “el AMBA irradió el problema”. Inmediatamente iba a absolver de culpas al AMBA diciendo que por lo centralizado del país, en el transporte de insumos haya encontrado la vía el virus para invadir todo el territorio nacional. Un poco forzada la nota para que quedarse con muchos quizás.
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