Una joven santiagueña fue asesi,nada de un disparo en la cabeza por parte de fuerzas policiales que ante la cobardía y el miedo de ser descubiertos haciendo sus tropelías, abrieron fuego con sus armas matando alegando que dispararon al piso y que la bala reboitó matando a Silvia Maldonado de 17 años de edad. Nuevamente, los guardianes del orden habilitados por el poder matan sin piedad y mientras no se les ponga freno claramente desde el Gobierno, lo seguirán haciendo.
La muerte es una moneda en la discreción de los chacales a los que siempre el Estado, a través de su abominable Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, es dió rienda suelta. Intentaron hasta darle la potestad de matar a traición, de que la sociedad se arme y haga blanco de su odio a quienes deben ser culpables según los esterotipos del poder. Gente que pretende ver el peligro en los barrios carenciados y no en el alto ínidce de criminales impunes que tienen barrios como Puerto Madero y como no se incluyen en los mapas del delito a las 250 parroquias de la Ciudad que son potenicales y reales reductos de violación de menores. Disparar al sobrante, parece estar habilitado, el fusilamiento preventivo en manos de unos tipos cuya dudosa integridad deberías estarles vedada hasta la potestad de investigar están protegidos desde arriba para no reprimirse y disparar al primer estímulo. Algo que se ha dado en llamar la Doctrina Chocobar, el hecho simple de defender toda ejecución de civiles por parte de tropa policial como actos de servicio.
No tienen freno y representan la parte de la película La Naranja Mecánica en la que el criminal ahora tiene al Estado agarrado de las partes, ya que tiene el aval del mismo para que su podredumbre criminal fluya. La repetición de la postura de la Ministra ante los asesinatos de civiles es la principal causa cuya consecuencia es el crecimiento de las muertes por gatillo facil en todo el país.
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