Seis años del Acampe Alberti en La Plata

Algunos imaginan que el bloqueo definitivo de la construcción de la planta de maíz transgénico de Malvinas Argentinas fue un hecho que se produjo sólo. El avance hacia lo que fue la más incruenta y dura derrota de Monsanto en el planeta tuvo meses de preparación y de acciones en todo el país de todos los grupos que convergieron en lo que fue el 18 de septiembre de 2013. 

Luego de la huelga de hambre del Torito en Alberti, fue una especie de jabonería de Vieytes, para con gente de Córdoba y de todo el país se planificaran diversas acciones. Centralmente, pensando en septiembre. Las acciones de quienes acusan al resto de dividir la lucha mientras venden sus kioskos y festivales al mejor postor, ya mostraban lo poco que les interesaban las acciones directas. Para ese tipo de gente no son un buen ejemplo, son un problema, algo que se debe poner en caja para no perder las cajas que los alimentan. En efecto, mientras esa gente que buscaba fondos en la Autónoma despotricaba que el Subcomando Amaranto se había cortado sólito, la militancia ambiental del sur bonaerense, y en especial la platense, se acercaban a la Plaza San Martín de la Plata a apoyar el Acampe, lo que obligó a gente de la Gobernación a brindar una audencia para el día 19 mismo para tratar la demanda del Acampe.

Los que estábamos en La Plata, nos dábamos cuenta de lo que estaba pasando. No todo puede ser prensa, si bien es importante no hay imágen que reemplace a la lucha y el poder no se mueve si no es presionado a hacerlo. Ninguna estructura basada en la precaria industria del entretenimiento ha cambiado nada, sólo colectivos de luchadores pudieron hacerlo alguna vez.  Ya Fabián Tomasi lo remarcaba hace un año atrás por que había que repetirlo: “Y defino que, lo que ningún activista debe olvidar jamás: Es que la verdad nunca puede ser dicha totalmente por alguien, y en esta historia, cada uno de los protagonistas puede aportar algo que el otro ha reprimido o decidido ocultar.
Fundamental en toda lucha es la union de seres sensibles … La verdad se forma unicamente por el buen aporte de muchos…. nunca por la voluntad de un alguien”
. Creer y confiar en aquellos con los que tomamos la decisión de luchar contra estas corporaciones nos obliga a separar la paja del trigo, así como la inacción perversa de cierta intelectualidad antiMonsanto puesta más en la venta de tintas y humos para convencido sle dió a la multinacional del veneno el tiempo necesario para formar cuadros propios en las universidades, mientras algunas asambleas que tenían más gente haciéndose fotos y buscando fondos en Buenos Aires, los cagatintas de los políticos de arriba le iban surtiendo de porquerías desinformativas a la población en general sin ningún tipo de miramientos, desde Lanata a Navarro. 

El Acampe Alberti en La Plata fue un punto de inflexión, allí un grupo de mercenarios y mentecatos prefirió el quite apoyo como política “racional” de lucha. Esa misma gente cuando denunciábamos los hechos de corrupción nos gritaba desde sus uniones de habladores, ya desvencijadas por el mismo germen de esta corruptela, que dividíamos la lucha. No entendemos cómo haríamos tal cosa, cuando la lucha estaba en ese lugar y no enlas mendicantes ferias y festivales que estos falaces organizaban.  Lo que María Elena Walsh llamaba “la rebelión que no altere la rutina”.  En este marco, los funcionales al avance de Monsanto en la región nunca fueron aquellos que desde sus pueblos y con otres hermanes luchan sin sectarismos ni dobles vías, si no los que justamente llegan siempre en lo que daremos en llamar en sucesivas referencias: EL MICRO DOS DE LA HISTORIA. En términos márxistas sewrán siempre la farsa de lo que fue la tragedia.

La acción de los gobiernos presentes y pasados fue fundamental para esta aplastante bonanza de la que gozan el contubernio criminal Bayer-Monsanto, pero conocer el precio tan bajo para sus arcas de algunos referentes. Creo que allí por esas fechas supieron cómo operar, por ejemplo dándoles dinero para hacer un crico de lujo en La Haya pare que digan lo que quieran allá, que hagan sus kiosquitos y teatralizaciones de justicia, pero que no se les ocurra luchar o informar al menos qué pasa por ejemplo con la indigerible agua de Basavilbaso. 

Por suerte, lo efímero de sus medios de difusión, basado en las redes sociales, les impide escribir algo que se parezca a la Historia que seguirá siendo siempre la que tratamos de escribir y leer en El Estado de las Luchas.

Volviendo al Acampe Alberti, en menos de 24 horas el Gobierno se comprometió a firmar un decreto en 30 días prohibiendo las fumigaciones a mil metros de las áreas urbanas, aunque a la postre no cumpliría el Gobierno con el mismo. Para cuando debían efectivizar el decreto ya el foco no estaría en La Plata si no en Malvinas Argentinas y luego en Congreso, ya se había mostrado una forma de luchar ante la que el poder solo podía apostar a la dilación, pero también quedó en evidencia que sectores corrompidos podrían serle funcionales a los personeros de los envenenadores haciendo absolutamente nada como medio de vida.

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