En la reunión de la paritaria docente nacional que se realizó el viernes 24 de julio, la conducción de Ctera y todo el resto de la burocracia sindical docente (UDA, CEA, Sadop y Amet) votaron por unanimidad, junto al ministro Nicolás Trotta, ¡cero aumento salarial para el resto del año!, cuando la inflación proyectada a diciembre de 47 por ciento.
Entre los firmantes de esta entrega histórica se encuentran Sonia Alesso, secretaria general de Ctera, Roberto Baradel (Suteba) y Eduardo López (UTE), los principales sindicatos docentes del país.
Lo que los medios presentan como un “aumento” no es otra cosa que la continuidad de $1.200 de suma fija del Fonid a cuenta de futuros desembolsos, y $ 210 por material didáctico -$1.000 menos de los que cuesta un servicio de internet que las y los docentes deben pagar para poder cumplir con la continuidad pedagógica virtual.
Esto se da en el marco de atropellos a las paritarias y salarios provinciales como nunca, con los gobernadores directamente incumpliendo los acuerdos paritarios firmados en febrero en once provincias, además de atrasos en el pago de salarios y del aguinaldo en cuotas en Ciudad de Buenos, Chubut, Rio Negro, Neuquén, Mendoza, Tierra del Fuego, Catamarca, Corrientes, Santa Cruz, Chaco y La Rioja. En Buenos Aires, la jurisdicción más numerosa, tampoco se respetó la paritaria, porque a partir de este mes debería haberse discutido el aumento que correspondería para la segunda mitad del año, que fue sencillamente cancelado.
Pobreza en toda la escala salarial
El sueldo inicial en junio de un maestro sin antigüedad en la provincia de Buenos Aires fue de $31.059, mientras que el salario de bolsillo de un maestro de grado con 24 años de antigüedad no superó los $42.003. Los $1.200 que se continuarán cobrando hasta noviembre dejan hoy al agente con mayor antigüedad por debajo de la línea de pobreza. A esto, el ministro Trotta lo considera un reconocimiento al “enorme compromiso que está llevando a cabo el sector docente en el marco de la pandemia, para garantizar la continuidad pedagógica de nuestros niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos” (Ámbito Financiero, 24/7).
En febrero, toda la burocracia sindical de Ctera, y especialmente Hugo Yasky, encabezó una campaña contra la cláusula gatillo, en consonancia con el objetivo planteado por el gobierno de “desindexar” los salarios. Justificaban eso con el planteo absurdo de que mantener el poder adquisitivo era ir “por menos”, haciendo propio el argumento patronal de Macri de que los aumentos salariales son inflacionarios. Con este “acuerdo”, los docentes tendremos el mismo salario de punta a punta del año, pero completamente desintegrado por una inflación galopante.
En los dos lados del mostrador
En los casi ocho meses transcurridos de gobierno de Alberto Fernández quedaron desocupados más de 100.000 docentes, miles de cargos flexibles por fuera del Estatuto en programas como el Fines este año ni siquiera fueron nombrados, avanzó la precarización laboral y la sobreexplotación laboral con el teletrabajo. Todo es a la par de los ataques a las cajas jubilatorias provinciales, el vaciamiento de las obras sociales (como es el caso de Ioma en la provincia de Buenos Aires), permitió la continuidad de los regímenes esclavistas de presentismo, como el “ítem aula” del gobierno derechista de Mendoza.
La experiencia de estos meses demuestra la falsedad del argumento de la burocracia sindical de que su vínculo con el Estado permite garantizar la defensa de los derechos más elementales de los trabajadores. Esto vale tanto ara toda la CTA yaskysta integrada por completo al gobierno ocupando altos cargos gubernamentales, como para los que se casan con todos los gobiernos incluido el de Macri y hoy son guardianes del gobierno peronista. Yasky acaba de declarar que lo que el movimiento obrero debe “defender al gobierno y al Frente de Todos porque el liberalismo y los grupos de poder pretenden dividir y debilitar, distanciar al presidente Alberto Fernández del kirchnerismo, porque necesitan alimentar la posibilidad de ganar los comicios de 2021″ (Infogremiales, 24/7).
Por eso, la lucha por la defensa de los derechos docentes y de la educación pública exige de romper las ataduras de los sindicatos al gobierno de los Fernández. La lucha en defensa de la escuela pública y de los trabajadores de la educación ha estado en manos de los sindicatos y seccionales conducidos por la Multicolor, que enfrentan la entrega de la dirección de Ctera y pelean por la recuperación de nuestras organizaciones obreras para ir por todos los reclamos.
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