El Presidente se retracta, Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto aún lo sostienen

Reacciones propias de la reacción:

Poco nos interesa ya lo que el Presidente haya dicho, lo más cómico fue la reacción (nunca tan bien puesta la acción y el sustantivo si se quiere) de los sectores kirchneristas. Podríamos dividir las mismas en dos tipos:

  • Silencio y terror: así es como la mayoría de los trolles de redes sociales en general NO reaccionaron ante las vergonzosas declaraciones de Alberto Fernández. Muchos, como desde el inicio de las políticas de ajuste del Gobierno, han sabido callar y dejaron pasar expoliaciones a los jubilados, ajustes salvajes y dejar pasar una claudicación como ésta no les representó una carga. Lo sabían desde siempre y ante hechos que indican que el Presidente hace cosas de derecha (proviene de los sectores más ricos de la sociedad y no puede hacer otra cosa) en una estructura acrítica y militarizada como es el peronismo lo mejor es lo que popularmente llamamos la “deglución de mocos”.
  • Genuflexión y exégesis: algunos, que carecen de cualquier tipo de vergüenza y firmes en su convicción de que los que mandan tienen razón cómo sea, salieron al cruce de quienes cuestionaron al Presidente, justificando sus nefastos dichos aún despues de la retractación. En el mismo hilo de Twitter verán que muchos dicen que no era necesaria la justificación y la disculpa. Ésto no sería nada si viniera de parte de simpatizantes sueltos. El problema es cuando los organismos de Derechos Humanos se ponen al servicio del Estado y quizás en este caso la motivación sea más repugnante aún que los dichos del Presidente. Hasta podemos pensar que su reacción fue más motivada por las críticas de Nora Cortiñas que por siquiera pensar en tomar una posición de principios sobre la cuestión.

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