Este fin de semana la noticia uizás descollante fue la liberación del ex presidente del Brasil y lider del PT, Luis Inacio Lula Da Silva. El juego de fanatismos que se da en el binarismo latinoamericano en el que derecha rancia y derecha populista se alternan en el poder sin cambiar en muchos sus prácticas autoritarias y sus modelos de enriquecimiento ilícito, me hace recordar cuando liberaron a Pinochet de su prisión en Londres del grito que se hacía eco en el pueblo trasandino: “Lo sueltan por demente, no por inocente”. No es el caso de Lula como el de Pinochet, ni cerca está, pero tiene similitudes en que para los populismos de la región todo fin justifica los medios. La pertenencia a la facción exorcisa todo y una medida que es una reforma importantisima del proceso penal brasileño es interpretada como el fruto de la lucha de un pueblo por su lider. Es un cambio de las leyes procesales del Brasil lo que le da la libertad a Lula, de ninguna manera es un cambio en su situación de culpablilidad o inocencia y mucho menos lo esla lucha de los sectores petistas por su liberación.
El sistema político brasileño tiene al 90% o más de los legisladores con causas relacionadas por corrupción y sin embargo son esos políticos los que si logran una entente parlamentaria lo suficientemente grande pueden deponer al presidente o presidenta de la República como ya lo han hecho dos veces en su historia. Sin embargo, los que reemplazan a los depuestos son sus viejos aliados los cuales tienen causas de corrupción iguales o peores que las delas personas a las que echan por corrupción.
Para peor esas abominaciones y las alianzas espureas que se tejen entre corruptos para mantenerse en el poder y en los cargos y en las cajas llevan a que surjan personakes abominables como Jair Bolsonaro y se queden con todo el poder político, llevando a cabo políticas fascistas que aún parecen gizar de apoyo popular.
Lula, sale beneficiado de una medida progresista del Tribunal Supremo que dispone que los detenidos solo empiezan a pagar su condena cuando la sentencia queda firme y no en segunda instancia como en el caso del ex mandatario. Esta medida da un poco de alivio al sistema carcelario del Brasil y le brindarían libertad hasta última instancia a más de 5000 detenidos. Lula no es inocente para el Poder Judicial del país, sólo deben esperar dos intancias más que de ratificar su culpabilidad harán quese vuelva hacer efectiva su prisión. Todo lo que se festeja de su liberación es la sobreactuación a la que nos tienen acostumbrados los populismos regionales sumidos en el cortoplacismo y en los golpes de efecto. Festejan la postergación de la detención de Lula o que una instancia de apelación salga favorable, mientras saben que así le dan respiro a Bolsonaro ysus poíticas ultraderechistas, pero eso no parece importarle mucho al PT y sus asociados más recientes que vaya a saber uno cuándo y por qué motivo los volverán a traicionar.
Nada extraño en la región, la revolución siempre en espera, con alianzas ridículas con los terratenentes y empresarios y promesas de derrame que siempre terminan siendo tóxicos y nunca de beneficios. Pero el festejo no debe detenerse mientras alguien se coma el pescado rancio y podrido siempre hay esperanza de retomar el poder, los cargos y la caja que es al fin y al cabo lo único que importa.
Visits: 0