La “Causa Vialidad” entra en su etapa final y algunos ignaros graciosos suponen que verán a la Vicepresidenta de la Nación con traje a rayas o en prisión o humillada.
Lamento pincharle el globo a la ultraderecha defensora de la guillotina para el otro, que generalmente tiene como indicio incriminatorio ser pobre.
No necesitamos decir que nada tenemos que ver con esa gente y tampoco tenemos nada que ver con la Vicepresidenta de la República y sus modos y caprichos cuasi imperiales.
Quizás la admiración por sus proveedores de la Barrick, Monsanto, Chevron, mezclado con un poco de fundamentalismo muy peronista, la hayan permeado y no tolere ni siquiera que se pregunte cómo su familia es multimillonaria.
La emperatriz de Tolosa sigue pensando que somos idiotas y un Poder Judicial genuflexo, no le dan señales a este Heraldo de que haya este 6 de diciembre un veredicto condenatorio.
¿En serio alguien pensó que el Poder Judicial es el lugar de la justicia?
No creo que nadie aún crea que Cristina está libre de corrupción, pero ya sabemos lo que pasa siempre: la culpa es del otro.
Sos vos el que le hace lawfare al Gobierno, vos y solamente vos. Tal el desquicio de esta gente que hoy controla la función pública.
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