Siguiendo el ejemplo de Rusia en 2013, el oficialismo y la oposición en Hungría aprobaron una ley por la cual se prohíbe la “propaganda homosexual” en las escuelas de ese país.
El Estado de Nueva York ha levantado las restricciones que había impuesto, luego de que el 70% de su población se haya vacunado al menos con una dosis contra el Covid-19.
El Estado de Israel ya ha inmunizado a más del 50% de su población y este 15 de junio eliminó la obligatoriedad del uso de barbijo en espacios cerrados.
Rusia, con un crecimiento de los casos y un plan de vacunación muy lento, no puede impedir que su premier, Vladimir Putin, siga haciendo negocios con la venta de la vacuna Sputnik V. Decía el Padre Mugica que dónde hay una necesidad nace un derecho. Putin entendió, en cambio, que dónde hay una necesidad nace un negocio. Por eso impulsa un sistema de vacunación take away para los privilegiados del mundo.
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