Teniendo en cuenta el alto acatamiento que tuvo el paro general, era de esperar algún tipo de reacción pública por parte del Gobierno. De tempranito nomás la voz cantante por parte de la Rosada fue su Ministra de Seguridad y su funcionaria más impresentable Patricia Bulrich. En la mañana anunció que no iba a permitir cortesy que si es necesario usaría la fuerza para evitarlos. Como es costumbre en la funcionaria cumplió con su promesa y lo primero que hizo fue estrenar la supervalla que paralo único que sirvió fue para no dejar pasar las ambulancias a las que los piqueteros si le permitían el paso. Ordenó reprimir en Puente Pueyrredón y en Acceso Oeste, como única respuesta al reclamo popular.
Luego de que los organizadores del bloque sindical proselitista, cuya evaluación ya fue tratada en otra nota, poco dijeran de la represión y más de la campaña de Alberto Fernández, el Gobierno pareció entrar en pánico. Y salió a batir el parche con cifras ridículas de parte del Ministro Dujovne, diciendo que el paro generó pérdidas por 40500 millones de dólares. Así las cosas, el Gobierno insiste en echarle la culpa a los trabajadores de hacerle perder a los empresarios riquezas que ellos mismos producen, poniendo al PBI por encima de la Constitución Nacional, un texto que parece que Mauricio Macri y sus secuaces parecen no conocer.
El temido efecto electoral de los sectores que usaron el paro para campaña se le hizo realidad al Gobierno al no responder tomando en cuenta la realidad y soñar que con cifras sueltas y palos a troche moche iban a
Visits: 1