
El Peronismo tiene varios masters dictados en esta materia. Ha sabido elegir la forma de ridiculizarse siempre, y mandan a Dalbón a hablar de Lawfare y acusar a quién sea de lo que sea y pedir retractaciones de un reality show. Cuando llegan al “límite Dalbón”, la cosa viene de otra locura del poder a ver si puede arruinarle la vida a alguien y sobre todo dejar un mensaje: “No te metas con nosotros ni en el reality. El Estado es el Gran Hermano.” Gente de pésimo humor y modales aún peores con una miserable cuota de poder. Aún en un reality, pero Alberto Fernández ya no crée en ningún totalitarismo, por que fue derrotado en ese campo.
Es solamente un despojo en la Presidencia que aún nadie sabe si quiere ir por la reelección, para lo que hace sería lo mismo que nada. Los que se le acercan le piden cosas ahora por alianzas después. Cualquiera puede hablar de él.
Creemos que lo del Presidente tiene sentido, al fin y al cabo, caerá proclamándose el supremo mandamás de la Argentina, el que la la tiene gorda, tal como se sentía durante la pandemia. Cada tanto pega un corcoveo, lejos de la jefa, para ver si su mandato o figurita aún le sirven de algo.
¿Y el Gobierno? Bien, gracias, total normalidad, en manos de sus propios machos.
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