La Justicia Italiana decidió liberar a la Capitana del Sea Watch, Carola Rackette, quien rescató del Mediterráneo a 42 personas que estaban a la deriva ante la negativa de las autoridades portuarias y del mismo gobierno de Italia. La jueza de Agripento, Alessandra Vella, reconoció que la capitana actuó cumpliendo su “deber” de salvar vidas y la puso en libertad en espera de ulteriores acusaciones y acciones punitivas de la Justicia Italiana. Raro, de un país que en tiempos de miseria y hambre gozó de la hospitalidad del mundo y ahora a través de sus gobernantes y la mayoría de la sociedad civil, nostálgica del fascismo, niega hasta la asistencia a personas en situación de abandono y a la deriva.
El Ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, sufrió chispazos en su diminuta sesera y más aque aceptar la decisión de la jueza subió la apuesta cuestionándola y amenazando con cataclismos peores a quienes rescaten gente de las aguas del Mediterráneo.
Lo cierto es que la derechizada sociedad italiana se quedará con las ganas de ejemplicar con castigos a una mujer que parece tener mucho más coraje que ellos. Hoy debe ser un día luctuoso para esa gente que pedía que la violaran a la capitana entre otros bochornosos epítetos.
Hoy, las personas honestas y humanas del mundo, pueden sentir unpoco de alivio ya que la conservadora sociedad italiana no ha podido desplegar su salvajismo contra la capitana que brindó humanidad a los abandonados, algo que por esos lares escasea.
La reacción del Ministro del Interior de Italia🔴 Per la magistratura italiana ignorare le leggi e speronare una motovedetta della Guardia di Finanza non sono motivi sufficienti per andare in galera. pic.twitter.com/tPdpo7b7kg
— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) 2 de julio de 2019
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