Un día llegó la traición tan dolorosa como inesperada

La Autónoma padeció dos ataques terroristas de parte de Hezbollah y la República Islámica de Irán, en donde apuntaron a intereses o entidades judías, siendo más que criminal la salvajada perpetrada contra la AMIA.

Los argentinos jamás le dieron la espalda al pueblo judío, lo acompañan aún en el dolor, en el recuerdo de las víctimas y la visión sobre quienes son los enemigos de nuestro pueblo y que casi coincidían con los del Estado de Israel.

Ni siquiera la vergonzosa capitalización extractivista por parte del Estado de Israel a través de Mekorot podría interpretarse en términos económicos. Es una aberración que un Estado extranjero maneje el agua de un país soberano, pero ser funcionales a sumarse a hacer plata con la ocupación británica de nuestras Islas Malvinas, es una barbaridad. Es la rapacidad de unos capitalistas, en este caso judíos, que no se fijan en gastos y que venderían a su madre si lo creen conveniente.

El Estado de Israel avala esto, decidió por unos pesitos aliarse con el Reino Unido para extraer petroleos en un hoyo que hizo la Rockhopper Exploration, a través de la empresa petrolera israelí Navitas Petroleum. Así Israel se asocia al enemigo británico justamente en Malvinas y traiciona sin ningún tipo de arrepentimiento a la Argentina.

Esperemos les aprovechen estos como tantos billetes sangrientos que el Estado de Israel recibe del saqueo y latrocinio de otros países. Definitivamente, el Estado de Israel hace la burrada que sea por dinero, por unos dólares o por mantener su sumisión al Reino Unido, un arrastra de gusano que creíamos, equivocadamente, que en Israel estaba erradicado.

Vergüenza, no más que eso es la conclusión ante lo inevitable de la traición.

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