El Estado no aguanta disidencia alguna

La violencia que el Estado piensa descargar, en todas sus formas y colores, sobre quienes piensen distinto no parece tener límites, a decir por sus prácticas de represión de toda manifestación que planteé la más mínima disidencia, para eso hay que pagar y el precio nunca es popular.
El Poder puede avanzar sin detenerse ni un poco, pero en ese arrollador y torpe avance sobre la sociedad civil intentaron llevarse puesto a Osvaldo Bayer y el resultado fue catastrófico para el Gobierno, que debió asumir en silencio que lo que hizo fue aberrante y que solamente un negado de toda virtud como José Luis Espert puede creer que su memoria en el imaginario popular se extingue.
El Poder también está resuelto a cobrarle en retroactivo a Vanina Biasi la osadía de haber denunciado la inconstitucionalidad de la candidatura de Jorge Macri a Jefe de Gobierno de la Autónoma. Esta vez la excusa parece ser que la acusan de antisemitismo o alguna sandez por el estilo, ya que ni eso es claro en el procesamiento de la referente del trotskismo, ni se sabe cuál es el reclamo de la Justicia.
Hace ya unos días el Presidente se lanzó decididamente a una serie de tweets (por ahora lo único que se le recuerda que haya producido en su vida), en los que desarrolló otra de sus siglas que parece que le dan target de pistola. Produce unos odiosos tweets que titula con un cliché siniestro: “No odiamos lo suficiente a los periodistas” a los que ahora refiere en su “banana” manera de ver las cosas y para su tribuna de mentecatos como “NOLSALP”.
Cebados en el Gobierno le dan rienda suelta a todas las brutalidades que la sociedad civil les admite y que por el momento son ilimitadas. A la oposición debe tenérsela bajo control policial o parapolicial si es necesario y “pescan” opositores de entre los idiotas que son capaces de decir cualquier verdura si le ponen un micrófono al alcance de su vociferación.
A continuación les brindaremos cinco informes que en sus 37 minutos y 38 segundos nos contarán con detalladamente como el Estado actúa hoy.
¡Vamos a los informes!
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