
Para el resto de la población, que al parecer es la casta que Miléi quería eliminar, solamente les queda 子弹费 o la “Tarifa de la Bala”, que era una suma de dinero que el Estado Chino percibía de los familiares de les condenades a muerte, en compensación por la bala que se había tenido que usar en la ejecución. Con los impuestos que el Estado impone a les trabajadores precarizados estás pagando la bala de tu propia ejecución
Acá lo que se hace es que si no tenés plata para protestar, mejor te quedás en la vereda y esperás que alguien te escuche. Con un poco de suerte por ahí te convocan a asarte vivo, mojarte para negarte lo dicho el día anterior.
Con ese sueño de Monarca asiático: que se manifiesten los que lo puedan pagar y el resto que obedezca. Si querés hacerlo igual sin pagar, tienen tropa de sobra para aniquilar a quién sea, con un peligroso aval social que brinda el consentimiento, indicado la desidia de la mayoría del Pueblo mientras avanzan sobre sus derechos.
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