
Los discursos de la gente de Juntos por el Cambio se unifican y endurecen con el extremo antimapuche, pidiendo palos, balas y ejércitos y el sometimiento expreso y definitivo al Estado Argentino, el invasor defensor del sentido común, ese viejo reaccionario, marido de la Doña Rosa de Neustadt antes y ahora de Aliverti.
Juntos por el Cambio siempre se va a asociar con el Estado para hacer Patria, Soberanía y todas esas cínicas expresiones e identidades de la que se disfraza el mismo Estado para matar.
Hoy hablan de “pseudo mapuches”, “maputruchos” o simplemente “terroristas”. Ya el 10 de octubre salieron a poner el grito en el cielo por que el Presidente se reunió con algunos referentes comunitarios mapuches y esa fue la chispa que unificó a Juntos por el Cambio, alguien a quién dispararle y que lo hagan los que hoy son oficialismo mientras comen pochoclo tras bambalinas. Una política de exterminio sin costos políticos, tercerizada y siniestra.
Pensábamos que la opinión diarreica y desvergonzada de López Murphy (a la que ya nos hemos referido), era extrema y solitaria, pero nos equivocamos. Ya es una cuestión institucional, en la derecha que en los próximos días ganaría con la cuestión mucho espacio en todos los medios.
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