El Golpismo boliviano ha recibido este domingo una previsible derrota, la cual no les era desconocida su inminencia. Sabían que el terror aplicado no es concebible en Bolivia e igual lo hicieron. No tenían plan B, era ver hasta donde daba el modelo de golpe hondureño y rezar para que no les pase nada en el camino. Militarizaron el país y pensaron que así iban a conservar el poder. La derecha ha obtenido durante un año en Bolivia una victoria pírrica. No tuvieron siquiera la decencia de mostrarse menos divididos ante la “amenaza” que los llevó a romper la institucionalidad. Mostraron durante todo su mandato lo que los “egos” propios de sus concepciones políticas pueden llegar a producirles. Al final, la misma dictadora Jeanine Áñez bajó su candidatura, lo golpistas se la veían venir. Camacho hizo su negocio constituyendo una fuerza a nivel nacional, Mesa salió a reconocer su derrota y a decir que le tocará en suerte “liderar la oposición”, Áñez terminará su dictadura sin gloria y con mucha pena. Sea por sus inidvidualismos o por sus excentricidades, fueron marcados por el voto popular como indeseables. Hemos documentado desde el mismo surgimiento del accionar golpista los hechos y denunciamos cada atropello, por lo que al menos en estas páginas no quedará indemnes al juicio de la Historia que de ninguna manera los absolverá. Fueron una dictadura durante un año y pueden empezar a considerarse derrotados por decenas y merecidamente.

Volvamos al futuro del hermano Estado Plurinacional de Bolivia que hoy tiene un nombre y es el de Luis Arce Catacora. Les recomendamos el artículo de BBC NEWS sobre el presidente electo. Lo que más nos llegó del mismo es cómo Arce define claramente lo que fue un golpe de estado sin atenuantes como interinatos o demás justificaciones que se les buscó dar en estos tiempos. Esa nota tiene un contenido pintoresco con una insistencia en mostrar lo obvio: que Arce no es Evo Morales.
En cuanto al MAS, si hay algo que se evidenció en durante la corta dictadura de Áñez, es que es un espacio con profundos debates internos. Como la derecha, en sus filas los egos y los múltiples y muy diversos actores y acciones se teje un entremado que Arce deberá poder manejar o llevar al MAS a la debacle. Deberá escuchar a muchos el futuro presidente y más le vale prestar más oreja que lengua a su gestión.
¿Será que esperamos algo del gobierno del MAS? La verdad no los esperábamos antes y menos podemos pretender esperar algo ahora. Siempre ha sido un reformismo populista con muchas poses y poca acción revolucionaria. Depuesta la Dictadura, el MAS es otro partido que sostienen el mdo de producción capitalista en la región. Nos conformaríamos con que profundicen algunos de los avances a una economía más solidaria. Desde El Irreverente hemos apoyado al MAS en esta coyuntura por diversas razones, pero centralmente para garantizar la derrota del golpismo, lo que es un objetivo cumplido.
¿Cómo actuaremos desde El Irreverente en el futuro? Tal cual como nos pasa con el FIT al que acompañamos electoralmente, pero que sin embargo criticamos con suma dureza su deficiente labor paralamentaria y parlamentarista. Nunca fuimos genuflexos y seguiremos firmes con nuestro único capital que es la honestidad. Más allá de todo sólo nos queda desear que sea lo mejor para el pueblo boliviano la futura gestión del MAS. La desvergüenza y el accionar golpista de la oposición los ha dejado históricamente en un lugar de privilegio al que deberán hacer honor o sucumbir.
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