La respuesta estadounidense ante el ridículo

Típico de cuando los estadounidenses se asustan y redoblan los esfuerzos en fuerza bruta, así podemos definir la reacción de la Casa Blanca ante el incidente de los sobrevuelos venezolanos sobre el USS Jason Dunham.
Sintieron que fueron burlados y provocados, tal como en su soberbia se sienten los dueños de las aguas internacionales y pretenden andar por ellas sin ser molestados. Los países de la región para esta gente solamente puede proveer prostitutas para que sus soldados no anden violando lo que se les cruce o esperar estoicamente los ataques.
La cínica respuesta de la Casa Blanca se conoció el sábado 6 de septiembre en una nuevo escenario mediático preparado por los payasos en el Salón Oval. Allí Trump aseguró y ordenó a sus burros de matanza del Estado Mayor, que derriben los aviones venezolanos si los ponen en peligro y ordenó enviar 10 cazas F-35 desde la colonia de Puerto Rico para asistir a las tareas de ataque y amedrentamiento estadounidenses a Venezuela.
A su habitual soberbia que esconde la humillación que le pegaron los venezolanos, Trump volvió a los términos racistas de siempre, diciendo que los peores prisioneros son venezolanos y dicen que viven “felizmente” en cárceles estadounidenses.
Insiste que la droga que entra en Estados Unidos viene de Venezuela, cuando sabemos que la producción de ella es centralmente colombiana y sale por el pacífico, donde Venezuela no tiene costas. Estados Unidos usa la acusación de “narcoterroristas” nuevamente contra cualquiera, menos con los narcoterroristas aliados a ellos que sí se pasan una vida de de pashás, gracias a sus acuerdos con la DEA ya probados.
Un pobre tipo que no sabe qué hacer por que unos venezolanos le tomaron el pelo. Maduro, que no es una lumbrera lo dejó con el traste mirando al norte sin disparar un tiro.
¡Vamos a las imágenes!
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