Introducción a la Emisión #26

Hola amigas y amigos:
Sean bienvenides a esta vigésimo sexta Emisión Regular de El Estado de las Luchas.
Desde el Estudio Único de Locomoción TV en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, llegamos hasta ustedes luego de mas de cuatro meses desde nuestra última Emisión Regular, tiempos en que la pauta de la lucha entró en una dinámica monocorde y brutal, quizás por la falta de una resistencia real al Régimen.
Los sectores medios están siendo avasallados por el Gobierno de Javier Milei, pero estos parecen no tomar nota de ello y su paciencia o lo que no están haciendo precisamente para evitarlo es lo que llama la atención. Pocas veces la llamada “Clase Media Porteña” es atacada con tal ferocidad en términos reales por el Estado y pocas veces se ha visto que permitan tanta agresión gubernamental.
El Estado ante la falta de resistencia, que siempre toma como consentimiento avanza a pasos agigantados en sus agresiones a todo lo que sea disidencia, sin importar lo grande o chica que sea. En su creencia de la propia perfección, o disimulando ante la falta de ella, pisotean todo lo que pueden a su paso triunfal o lo que en el Gobierno imaginan y proyectan sobre una sociedad que no parece estar pensando en poner ningún límite de respeto.
Como consecuencia de esa falta de resistencia popular, el Gobierno fue avanzando en volver a meter al Ejército a dispararle a gente. ¡NO! ¡Que no son británicos usurpadores de Malvinas! Son los propios argentinos y cuanto más pobres mejor, de esos a los que les mandan una tropa infame a combatir al NarKo, cuando sabemos bien como termina eso.
Las cosas no parecen mejorar en las luchas de ninguna manera, cuando resucitan las farsantes visiones de un llamado “campo popular” que se cita sí y sólo sí al peronismo le hace falta. Así las cosas las luchas de sectores desplazados por el ajuste fueron consumidas por la vorágine de la condena a la dos veces ex-Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner. Muchas de ellas direccionadas hacia el culto a la Diva hoy de Constitución.
Les jubilades siguen solos a merced que el Estado se decida a sacarles el pie de encima, lo que parece no va ocurrir, salvo que la llamada Clase Media Porteña salga de una comodidad que ni creemos que tenga hoy.
Mientras tanto, el Valet de la Proscripción sigue con su corso a contramano.
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