La Ministra de Seguridad de la Nación, luego de haber militarizado el país y otorgar facultades de intromisión en la vida de los ciudadanos extraordinarias a las fuerzas federales, se pone a perseguir inimputables por televisión.
Sí, un peronista ex-presidiario e imbécil, llamado Joel Pessi quiso buscar cinco minutos de fama y mostró de qué está hecho el kirchnerismo, bravuconeando, arrugando y dejando solo al idiota. Pero en esa cosecha de imbéciles irreflexivos se le hace fácil a Patricia Bullrich y a los parapoliciales como Trebucq la caza de opositores. Caen por idiotas, por querer ser héroes de la alKahuetería.
Las barbaridades de un Gobierno que se pasa por las partes todos los Derechos Humanos no es menor. Tienen el poder y odian tanto el Estado de Bienestar (tampoco nos creemos esa farsa) que pretenden que el Estado de Malestar se traslade a los civiles y lo acepten sin chistar. Tan antiguo como la Roma antigua, tan letal que da asco y aún no resistido por nadie: ni siquiera por el peronismo que dejó solapa a quién creyó ese estúpido oxímoron de “lealtad peronista”.
De nuevo la Iglesia llamando a sus imbéciles al martirologio peronista. Una desvergüenza que en pleno siglo XXI se siga teniendo que sostener a los ministros de culto con la que es de todos. Además de cansarnos aún no se han expresado sobre su rol de apoyo a cuanta dictadura se le cruzó, para defender jetones es mandada a hacer, pero para sostenerse sus creencias con su dinero no se dan ni por aludidos,
No es retomar la Causa Vialidad, ya que los reos y la rea ya están cumpliendo condenas, pero mientras los medios te distraen con Cristina y su show de diva, el Estado sigue afilando los métodos represivos y el caso de este inimputable demuestra que esta gente no tienen límites.
Si no es un idiota (sí, es un delincuente liberado recientemente) merecía serlo, como sea Bullrich recurrió al carpetazo, usando la expresión de un inimputable e interpretándolo como una grave amenaza. No es nuevo todo esto en el Gobierno de Milei, pero no por eso nos deja de dar asco cada vez que pasan estas cosas. Están aplicando todas las enseñanzas que les dejó el kirchnerismo en métodos represivos en la Pandemia y las han vuelto en su contra, garantizando además el silencio peronista ya que el pasado muy reciente los condena.
Bullrich, funcionaria de lesa seriedad, pretende mostrarse efectiva y feroz, cuando sus acciones mueven a risa, en el mejor de los casos si hablamos de que esta señora ya tiene Historia de arruinarle la vida a pobres inocentes como en Mendoza y negar todo después. Ya no niega, no parece necesitarla, al parecer también por que el Pueblo le perdona todo.
Su método fue simple y básico: ver los canales de su “riñón” y esperar que los desaforados del peronismo hagan lo suyo. Sólo tenía que esperar con snacks, un buen vino y el celular a mano a que algún imbécil soltara un vendaval de idioteces y poder detenerlo con celeridad.
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