La Fantasía Económica de Milei en un discurso surrelista

Comenzó su extensa perorata asegurando que, antes de él, la Argentina viene de 100 años (que obsesivo con las centurias) de sistemático y continuo deterioro. Obviamente, dejando en claro que él puso fin en poco tiempo a un siglo de frustraciones. Se ve que tiene la autoestima altísima o es un ególatra ajeno a toda la realidad del país y de sus más humildes.
Siguiendo con la política de autobombo, propia de estos señores, consideró a su plan económico como el más exitoso de la Historia y lo fundamentó con unos números entre falsos y engañosos.
Desde ese púlpito pontificó sobre los impuestos regresivos que aplicó como factor fundamental de su programa. Se jactó de sus aumentos a los monotributistas y blanqueos que definió exitosos para los grandes evasores.
Le tiró flores por el ajuste criminal a su Ministro de Economía, Luis Caputo, que según él fue la base del equilibrio fiscal que asegura tener.
Así como quien se cree sus números aseguró que la Argentina “no para de crecer” y con sorna consoló el “llanto” de los que llama “keynesianos” y del peronismo al que no parece registrar ni de nombre. Siguiendo con la línea negadora de la realidad afirmo que el el ajuste no fue regresivo y que sirvió (y acá viene lo mejor) para sacar a mucha gente de la pobreza.
Para el futuro prometió que privatizará las empresas públicas y volvió a fustigar la obra con el mismo speech regresivo de siempre. La democracia y la movilidad es para quien la pague, y el que no, que se quede quieto. También se jactó de eliminar la pauta oficial y no financiar desde allí a los alKahuetes del Estado y foKas apludidoras como las que vitoreaban sus sandeces allí mismo. Dice no necesitar comprar periodistas ni apretarlos, tomándonos a todos, definitivamente por idiotas.
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