
Una lucha inverosímil es la que mantiene oKupadas a las rockstars de la política vernácula. Obviamente, hablamos del Presidente de la Nación y de la dos veces Presidenta de la República, Cristina Fernández de Kirchner.
El Presidente está dedicado a salir en fotos con Trump y Musk (todo un cholulo nuestro primer mandatario) y el resto del tiempo lo usa para mendigar una farsante polarización con una Cristina a la que como una rival fácil.
Cristina también se anota en esta carrera, una vedette de su alcurnia no puede soportar que no se hable de ella y menos soporta que se le recuerde su condición de multimillonaria y su inexplicable fortuna. Lo de Milei y su egolatría le vienen como anillo al dedo a la Emperatriz de Tolosa, supone que así puede victimizarse con facilidad y decir con total soltura de cuerpo que todo es una mentira, que la proscriben y la persiguen. Fue Presidenta de la República, por definición es una desfachatada.
El Presidente, de manera vergonzante toma medidas para molestar a Cristina como quitarle las pensiones luego de la condena en casación, que la tiene de espaldas a lona y ya le contaron dos y lleva para siempre colgando el mote de corrupta. Milei le da la chance con estas ridículas medidas de considerarse una perseguida política, alegando que no es la única corrupta que hubo en la Rosada.
Los parapoliciales de ambos grupos grieteros, que viven y comen de la grieta, que son los primeros en rosquear por plata y que si decimos que son lo mismo es porque lo son, participar del juego de la elección burguesa es renegar. No te comas el verso, las diferencias entre liberotarios y peronistas se terminan cuando hay repartija. Ese idioma lo hablan muy bien.
Desde Locomoción TV les contamos que ésto, salvo que en esta polarización se produjan hechos de suma gravedad, es lo último que vamos a decir sobre la farsa que ambas celebrities de la Argentina están montando.
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