El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Gerardo Werthein, prestó juramento ante el Presidente el lunes 4 de noviembre ante el Presidente Milei, en un acto bochornoso de genuflexión a un eje imaginario que nos pondría en paralelo con los Estados Unidos y el Estado de Israel, es decir ahondar aún más el nivel de dependencia de esos dos estados criminales.
La ceremonia fue excéntrica, con gente que tuvo que googlear para saber de qué se trataba, por el caso, la Parashá de la Semana.
Está bien que el Presidente quiera mostrar su devoción a los Estados Unidos y al Estado de Israel sin tapujos, pero excede los límites de la dignidad aún de cuando se autopercibe “liberal”.
Toda la Ceremonia es un Mensaje en si mismo:
- El nuevo Canciller era hasta antes de asumir su cargo el Embajador de la Argentina en los Estados Unidos.
- El flamante Canciller de la Nación juró sobre la Torá y para rematarla el Presidente afirmó que la orden de él las cosas se hicieron en ese “formato” (así lo llamó).
El bochornoso espectáculo rompió todos los genuflexionómetros existentes, pulverizando los altos estándares que en ese departamento Sergio Massa.
¡Vamos a las imágenes!
Nos sentíamos como viendo la ridícula escena de la película “Bananas” de Woody Allen donde el jefe revolucionario de San Marcos (que es tan Argentina) enloqueció, asegurando sus socios que el poder se le subió a la cabeza.
¡Vamos a la odiosa comparación!
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