Maximiliano Acosta: otra víctima de la violencia clasista del Estado
Esta vez, un laburante fue a ganarse 10 o 12 mil pesos y la ineptitud y el odio de clase llamó a una conspiración criminal que volvió a poner en videncia que si descubrimos a les farsantes es solamente por que a veces se confían demasiado.
Un laburante. el día 6 de octubre fue detenido por llevar consigno 18 potes de polvo “Eficient” que compró en un super mayorista a 500 pesos el pote y que pensaba cambiar en alguna vía informal del sistema, pero nunca ilegal y mucho menos anticapitalista, para que le queden en el cambio de mano (que tampoco es tan cambio de mano) unos 9000 pesos.
El tipo confía y la pelea pese a que todo en Mendoza le salió mal, ya que su estadía allí, que prometía mucho, solamente lo tuvo a mal traer trabajando todo el día para apenas sobrevivir. Ya viendo que la cosa no resultó, decide emprender su regreso a su Mar del Plata natal y busca el mango para ver si la vida le da revancha.
Maximiliano Ariel Acosta, un trabajador marplatense de 42 años, radicado en Mendoza, tal el nombre de la víctima (por suerte esta vez no fatal) de las tropelías de los que criminalizan hasta el rebusque, se cruzó una Gendarmería, cuyo odio criminal de clase los lleva a pensar que todo pobre es enemigo y que su aniquilación es su objetivo.
Son los soldados de la inimputable de Patricia Bullrich, a la que saludan sea o no Ministra ya que son impunemente agradecidos luego de haber sido librados por ella de responder por las múltiples crímenes cometidos, como el de Santiago Maldonado.
21 días de prisión por intentarse ganar la vida de la forma más honesta y hidalga. Las consecuencias de ser limpio y auténtico y encontrarse en la calle con el odio.
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