En la madrugada del día 13 de junio se comenzó a develar la duda que todes teníamos en cuanto a cuál es el sentido de desproporcionados operativos represivos en el Congreso, la continuación de los mismos con causas judiciales y exorbitantes y extemporáneos reclamos económicos.

Toda esa parafernalia soltada por el Estado en Buenos Aires no fue más que un campo de entrenamiento para las fuerzas federales y sus poderes judiciales para la retoma de las áreas de sacrificio.

Ya las fuerzas de seguridad están preparadas en el odio a los mapuches que les quieren arruinar Vaca Muerta, tenían que entrenar en Buenos Aires en cacerías como la de los 33 rehenes estatales.

Fue nada más que un siniestro ensayo.

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