Así, al uso de la derecha argentina, se valla el Congreso y se vigila a los manifestantes, con cualquier excusa se comienzan a lanzar todo tipo de gases, a sabiendas que su uso sobre civiles en forma directa puede ser letal. Todo les importa un comino, están habilitados por el Poder Ejecutivo y todos sus secuaces estatales y policiales para hacer lo que cornos se les cante. Y así lo hacen.
Es muy claro que la colaboración de la Fuerzas de Seguridad con la Ministra Bullrich es cada vez más peligrosa y malsana para la salud física y las libertades públicas. Policías, gendames, prefectos y hasta aeroportuarios se suman cual barrabravas a la primavera de la brutalidad, cuyo límite parece ser el cielo.
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