El “no va más” de la perversidad cuasi sociópata del Gobierno

Mientras el Presidente sigue en su gira de las fotitos con celebrities, visitando a sus amigos, unos jabalíes y jabalinas embrutecidas, que tienen el descerebre que se puede sintetizar en el nombre de Bukele. Justamente al brutal Presidente de El Salvador va a ir visitar mientras los escándalos se le acumulan en el ámbito local. Al parecer este señor que dice odiar al Estado y es Jefe de uno, supone que el mismo es su alcancía y que todes debemos pagarle sus gustitos personales de visitas al reuniones del tren fantasma de cada país del mundo. ¿Para ustedes, gente? Sin dudas que ajuste, ya que resultó que la casta eras vos.

Y no es algo que digamos nosotros solites, hasta el FMI, pedidor serial de ajustes le dijo que entendían su pasión por ellos, pero que afloje un poco. Y hasta las malas lenguas dicen que Estado Islámico aseguró que reconocen que han hecho cosas muy feas, pero que lo de Milei los asusta.

Gente de la Iglesia denunció que Kapital Humano, de la Ministra Pettovello, acopiaba 5.000 toneladas de (o si querés decirle 5.000.000 kilos) de comida en depósitos que están en lo que fuera Pepsico en Villa Martelli, mientras se les vienen negando a los comedores con la excusa de que encontraron que algunos de ellos son truchos.

Es un vergonzoso apriete del Gobierno a las organizaciones sociales que sostuvieron y aún siguen intentándolo la llegada de alimentos básicos a la población en los últimos 25 años, por lo menos.

Juegan con el hambre de la gente y aún descubiertos, reaccionan poniendo excusas baladíes y siniestras.

Ya deschavados, el Vocero Presidencial salió el 23 de mayo a reconocer que los alimentos existen y le echó la culpa de todo lo que pasa al Gobierno anterior y que hay comedores truchos y bla bla bla, con una debilidad en la argumentación expresada en la hipocresía de su planteo.

Si se lo aguantan, veamos lo menos siniestro de los discursos oficiales sobre esa huerfanita que es la responsabilidad cuando quedan expuestos en su perversidad.

¡Vamos a las imágenes!

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