La “excusa” para este atropello impresentable es que México le dio asilo político al ex-Vicepresidente del Ecuador, Jorge Glas. Por esa banalidad impropia de gente más o menos civilizada, asaltaron una sede diplomática, atacaron al Embajador y se llevaron al político que investigaban. El Presidente del Ecuador es un Milei o más bien un Bukele, de esos que surgen cada tanto por allí. Sabemos que ese país ha dado los especímenes presidenciales más raros y siniestros a la vez entre fines del siglo pasado y lo que va de éste.
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