El amor al poder y el odio por perderlo

Llegaron a extremos de violencia simbólica y física y como ocurre siempre la responsabilidad de la misma es del otro, que es el odio, distinto a ellos que son el amor.

Es casi un problema de resolución mecánica simple: ante una burrada se le echa la culpa a otro, si no se puede se relativiza y por un último se dice que fue “un error” o un “exceso” como hacen sus hermanos los milikos.

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