
Un debate sin jugo, nada que se parezca a un debate, cinco personas que parecen vivir en un aerolito y que no temen al ridículo. Un penoso debate, el peor que hayamos visto hasta ahora. Los temas más importantes iban a verse confrontando acá. No hubo nada de eso, fue un completo sopor y si alguien ganó algo fue Massa que estaba para el cachetazo y la sacó a precio de ganga.
La parte de las preguntas entre candidatos no merece gran reseña: fue un completo asco. Obvias e infantiles preguntas que quien quería contestaba y quien no quería no lo hacía. Fue muy decadente, con muchos olvidos y demasiados perdones.
Una muestra más de que el caradurismo es ilimitado en esta gente. Nada que destacar, salvo que solamente Massa habló de un “ambiente sano” (con la seriedad que puede dársele al mayor vendedor de humo de la Argentina). Entendemos que Schiaretti iba a fintear el tema a como diera lugar, debido a que está aniquilando a la Pacha en la Provincia y no le interesó más que nadie le critique su cordobesismo. Myriam Bregman no le preguntó sobre Facundo Astudillo Castro a Massa y sí a Bullrich sobre Santiago Maldonado y con Schiaretti se hizo la que no sabía ya que ambos estuvieron del otro lado del mostrador del victorioso bloqueo contra Monsanto del 18 de septiembre de 2013. Milei firme en sus delirios y sus números inventados como las víctimas fatales del comunismo. Schiaretti asegurando que Córdoba es lo más grande que hay y rezando que no le echen en cara el desastre ambiental que está perpetrando. Bullrich le ganó el rol de ultra segura a Milei, pero no pasó de ahí ni convenció a nadie de un comino.
Otro auténtico despropósito que nos obliga a recordarles a todes la posición que sostenemos desde 2001:
¡Que se vayan todos!
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