Pepe Botella, reunido con los ricos, amenaza a los pobres y a su derecho a reclamarles nada

Por El Heraldo Furioso

El títere golpista de la Familia Imperial, Jorge Macri, anda de gira proselitista y elitista. El candidato golpista a Jefe de Gobierno Porteño se reunió con el Rotary Club en el Sheraton Libertador en un almuerzo (largo, por cierto, se ve que esa gente no tiene mucho trabajo que hacer o tienen gente que trabaja por ellos) en que desarrolló entre los miembros de esa secta clasista sus ideas para el Gobierno y ver si podía conseguir unos pesos para defender los privilegios de los sectores parasitarios congregados allí.

Obviamente, a nadie se le atragantó el menú, ya que les dijo lo que querían oír. Ese público nada exigente con los sectores de la derecha y el populismo, escuchó que ellos son los más importantes en la Ciudad, aún más que el Estado mismo.

Ya en tema se copó y le contestó a los gobernadores pastoriles y extractivistas que dicen que Buenos Aires no produce nada. Volviendo a Saint Exupery (que algún Macri habrá leído de pibe) y lamentó que no se vea “lo intangible” del valor que agrega la Ciudad y, explotando de júbilo cual no se inunda más, aseguró que eso es lo que mueve al mundo. Imaginamos que el vino del almuerzo se tomaba solo, ya que nadie se rió, a pesar de que evidentemente las doctrinas macristas siempre lindan con el stand-up.

Imaginamos que nuestros amigos se están preguntando por qué Locomoción TV perdería tiempo en componer una nota siquiera sobre otro patético acto de la oligarkía y sus gerentes estatales. ¿Ahora nos importaría un debate intraburgués? No, por cierto que no, es solamente el contexto de lo que realmente nos interesa, aquello que motiva realmente esta nota.

El Don Pepe Botella odia el Viva la Pepa, lo que significa que odia toda conquista popular o libertad de ejercer el derecho a la protesta. ¡Subordinación y valor a la Familia Macri y a sus cajas!

El candidato aseguró que “yo voy a tener problemas con los piqueteros y los piqueteros los van a tener conmigo” y, en su completo caradurismo, habló de la Ley, justo él que se la pasó por las partes para servir de sátrapa de su primo. El testaferro golpista prometió un proyecto de ley en la Ciudad para penalizar a las organizaciones sociales que se movilizan con niños. Este señor habla de algo que no tienen el gusto de conocer y de nuevo nos pone la pistola en la cabeza.

Cerró el tema con más hilarantes afirmaciones para endulzar el corazón ultraderechista de sus interlocutores: “No soy una persona que anda buscando conflictos, pero si ante un conflicto uno mira a otro lado, el conflicto termina siendo el sufrimiento de alguien. Nos tenemos que hacer cargo”. De lo primero que tiene que hacerse cargo es que es no debió ser nunca candidato en la Ciudad y ahora, gracias a la ineptitud de sus pocos denunciantes y la mayoría automática del macrismo en los tribunales autónomos y la complicidad del radicalismo, sería quien reemplace a Larreta en Parque Patricios.

Puede ser otra amenaza de pisotear las clases dominantes las molestas libertades públicas y toda forma de manifestación y de presión del pueblo porteño sobre el Estado. Y eso sí lo tomamos muy serio y tomamos nuestros recaudos por si tal avanzada fascista se concreta algún día.

No es la primera vez, ni será la última que el golpismo blando dé cátedra de sometimiento, lo que parece ser la primera tendencia de muestra del tercer milenio. Aunque la tendencia de sus cultores, todos ellos, sea llevarnos retrocediendo en cuatro patas al milenio pasado.

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