Terminaba 2022 sirviendo bien al Imperio y se disponía a mentir progresos mayores

Empezaba el 2023 y Massa esperaba que los informes de la inflación vinieran bien dibujados por el pintor surrealista gubernamental llamado INDEC. Asimismo el haber logrado las metas o exigencias que le puso el FMI en cuanto a ajustes, hacía que el Ministro se pusiera a delinear las bases o discursos políticos para enmascarar la política de ajuste que se venía para el flamante año. El Superministro, cual paladín neoliberal y en memoria de su formación ucedeísta, marcó cuatro puntos específicos de su plan económico: orden fiscal, sostenimiento del superavit comercial, fortalecimiento de reservas y desarrollo con inclusión social. ¿Cómo hacerlo? No le interesaba, lo cierto es que la traducción de semejante discurso era: conseguir dólares de los sojeros como hasta ahora y ver si el BID o el FMI le tiraban verdes para gastarlos en asistencialismo electoral, ya que lo que le autorizó el Fondo no alcanza para levantar el desastre social del ajuste que solamente derrama tóxicos sobre la mayoría de la población sumergida en la pobreza.

El Regente nos pintaba un panorama de mejoría total que sabemos no podía durar mucho. La primera compra de alimentos iba a desmentirlo y había que gastar lo que fuera en comprar titulares y en prensa parapolicial: única manera de sostener las mentiras y promesas de bonanzas del Superministro.

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