El Banco Central confirmó el jueves 2 de febrero el lanzamiento de un billete de $2.000 que pasará a ser el de mayor denominación de nuestra moneda. No se dieron precisiones de cuándo comenzarán a circular, pero teniendo en cuenta que aún no salieron los billetes con “paridad de género” que reemplazarían a los animalitos, la cosa puede ir para largo.
Los billetes siempre han sido una obsesión para el kirchnerismo, que negaba la inflación y aseguraba que con billetes de más alta denominación la gente gastaría menos y otros de sus ya nada fascinantes y sí nauseantes delirios de emular al dólar, herencia ultracavallista que les dejara Néstor.
Ya antes, Alberto intentó sacar un billete de $5000 con las mismas imágenes que hoy ponen en el de 2000, fue en mayo de 2020 en plena pandemia donde se les ocurrió la idea genial de poner a un nazi como Ramón Carrillo junto a una socialista como Cecilia Grierson. Hasta el Centro Wiesenthal había salido a repudiar este hecho, pero Alberto insiste y logra que todo pase, basándose en la poca memoria de un pueblo al que los derechos humanos poco le interesan.
Como decimos siempre, los gobernantes hacen lo que les permitimos que hagan y mientras el Pueblo no haga saber su descontento, el poder va a hacer lo que quiera.
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