La Bullrich les mojó la oreja y entraron en su juego

Tardaron mucho, en tiempos de prensa, en salir a marcar su posición, sabían que habían cedido en un tema en el que Patricia Bullrich ya les había ganado de antemano: defender la propiedad privada hasta el exterminio de los “usurpadores”, eufemismo que usan les politiques para los legítimos propietarios masacrados a balazos por unos inquisidores tan ignorantes y limitados, no como su avaricia y su odio al otro. Los carteles de las autovictimizadas gentes de Villa Mascardi indican que tienen altísimos niveles de odio, tan sólo opacado por su avaricia ilimitada. No importan las razones, el otro es el enemigo, es el que se quiere llevar lo que es de ellos, por derecho divino. Estas personas, cuyo sentido común no existe, ya que son insociables y agresivos, son capaces de llevar carteles que los pintan muy bien, como el que decía “¡¡¡ROCA VOLVÉ!!! No terminaste tu trabajo”. Por si algún abombado aún tenía dudas: el Frente de Todos y Juntos por el Cambio no van a dudar entre un vida o cientos de ellas y un dólar. Se abalanzan sobre el billete verde que le regalan a los grandes especuladores financieros para que jueguen a la ruleta con tu vida. Ahora a esa gente que se creé superior al otro y con derecho a suprimirlo, llevó al triunfo las consignas segregacionistas y groseras del “Banderazo”. Ella lo logró, gratis y el Gobierno le sirvió los palos en bandeja. Y después los que somos funcionales a la derecha somos los que no apoyamos a este núcleo de farsantes de máscara progre, cuando te han entregado por completo a cuanto intereses les deje dólares. Esto pasa cuando se discute con imbéciles: te bajan a su nivel y te ganan por experiencia. Bueno, en el caso del Frente de Todos no había tanto que bajar, dicho sea de paso.

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